¿Quien es Jesus para los ticos?
Henry Gómez Solano
Henry Gómez Solano

¿Quien es Jesus para los ticos?

6 de junio de 2025

¿Quién es Jesús para los Ticos? 

Nací en los 90's. Eso quiere decir que vi nacer las redes sociales desde su forma más primitiva. Al estar el mundo de las redes en pañales durante mi adolescencia, la socializacion era diferente: en la esquina del barrio, frente a la pulpería, tomando gaseosa en bolsa. 

En ese escenario, crecíamos en un arte muy costarricense: poner apodos. Esta práctica implicaba mucha observación. Ya fuera algo relacionado al aspecto físico o a alguna otra cualidad, el apodo podría marcar para siempre la identidad de alguien. Si eras feo, alto, aplicado en los estudios, introvertido o poco hábil en los deportes, eso era material valioso. Pero al final, todo dependía de la percepción de los observadores (y por más que quisieras que te apodaran "león poderoso", si la percepción de ellos era diferente, te quedarías para siempre como "pollo enfermo").

Pensando en esto... ¿Qué tal si Jesús estuviera en la esquina de nuestro barrio?, ¿qué apodo le pondríamos los ticos? La mala percepción y corta observación que caracteriza a nuestra sociedad llevaría a calificaciones que describirían deficientemente Su carácter. Entonces quizá, este sería Jesús para los ticos:

1. Jesús, el "agua fiestas"

Un Jesús que simplemente es alguien que apaga la diversión. Un personaje meramente restrictivo enfocado en ahogar cualquier pretención de placer. Ese es Jesús para los de la acera del frente, pero peor aún, ese es Jesús para personas que se dicen creyentes, incapaces de ver en Él algo más que un regulador de los decibeles del volumen de su gozo. Tal percepción provoca una fantasiosa conducta de "escondernos de Él para disfrutar", ignorando por completo su Omnipresencia.

2. Jesús, el "Salvavidas"

Por otro lado, Jesús puede ser visto simplemente como un Salvavidas. Alguien a quien acudimos cuando nos estamos ahogando, pero si la marea es tranquila, es simplemente un accesorio estorboso dejado en la orilla. ¿Es Jesús simplemente el rescate para cuando estamos enfermos, desempleados o ansiosos?

El peligro de reducir así a Jesús es muy alto. Si acudimos a Él simplemente cuando necesitamos ayuda ¡estamos usándolo! Y al vivir así, nos estamos amando a nosotros mismos más de lo que le amamos, pues Él se convierte simplemente en un medio para conseguir otras cosas.

3. Jesús, el "manos de mantequilla"

Algunos ven a Jesús como alguien a quien nuestras peticiones, preocupaciones o pruebas se le resbalan de las manos. No tiene el control de la situación y, por tanto, no vale la pena descansar en su intervención.

Ese tipo de criterio acerca de Jesús caracteriza a personas que quizá no llega al extremo de la negación de su existencia, pero lamentablemente afirman constantemente su poco poder. Para ellos, Jesús es medido por su capacidad de intervención para su bien... pero, cuando las cosas no suceden de acuerdo a su percepción de "bueno", Jesús es señalado como inoperante o poco interesado en ellos. Eso lleva a la no adoración por la no contemplación de la hermosura de su poder.

"Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?" (Mateo 16:15). Fue la pregunta de Jesús a los de "su barrio". Pedro dio una respuesta correcta, diferente a la de aquellos que reducían a Jesús por mala capacidad de observación, y dijo: "Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios" (Mateo 16:16). Jesús se complace en la buena percepción que los suyos tienen acerca de Su carácter. Finalmente, Jesús no solo aprueba la percepción de Pedro, sino que amplía los detalles de su propósito

"Desde entonces comenzó Jesús a advertir a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los líderes religiosos, de los jefes de los sacerdotes y de los maestros de la Ley; también que era necesario que lo mataran y que al tercer día resucitara." (Mateo 16:21).

La disposición de Jesús de morir por pecadores muestra su absoluto interés por ellos. No es un” aguafiestas” , más bien quiere darse para que ellos obtengan el indescriptible gozo de la vida. No es un "salvavidas" de males superficiales, es quien dio la vida para salvar del único mal verdadero: el pecado. Y no es inoperante, sino que su muerte fue la intervención precisa para cargar en sus manos nuestra culpa. Tim Keller afirma que "malgastar la vida no es una muestra de amor, sino una gran equivocación" (La Razón de Dios, p260). Pero Jesús no murió en vano como lo haría alguien mientras camina con su amigo y le dice "te amo", lanzándose a un río a morir; no, Jesús se lanzó a la muerte para salvar pecadores que se estaban ahogando... y eso sí dice "te amo".

Por tanto, Jesús es la fuente de nuestro gozo, el dador de nuestra nueva vida y quien cargó en sus manos el mayor de nuestros males. Todo eso lo hace digno del mejor “apodo”: ¡Redentor!

Henry Gómez Solano
Henry Gómez Solano es uno de los pastores en el Templo Bautista de Tibás, en San José. Es uno de los capacitadores de Teología para Costa Rica por MISSIOTECA. Además, cursa un posgrado en Teología Histórica en Centros Teológicos Bautista y cuenta con estudios en progreso en Filología Clásica en la Universidad de Costa Rica.